Desde nuestro punto de vista, la correcta colocación del jamón en el jamonero es con la parte de la maza abajo, la parte más gruesa, y la parte más fina arriba, quedando de este modo la planta de la pezuña mirando hacia abajo.
Para el consumo doméstico es mejor empezar el jamón por la parte fina, sabiendo que la duración del jamón en un hogar suele ser de varias semanas, período mayor que en la restauración, donde su rotación es de varios días.
Si dejamos la parte fina para el final, el proceso natural de curación hará que esta parte se cure en exceso y para cuando le demos la vuelta a la pieza, para seguir consumiéndola, habrá perdido su buqué tierno y su aroma.
Si la consumimos en primer lugar, aprovecharemos todas sus cualidades de aroma, sabor y buqué, al igual que las de la parte de la maza, que por tener esta última un mayor recubrimiento de tocino está más protegida y su proceso de curación es más lento.
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